miércoles, enero 24, 2007

Me hablas entre sueños con ese acento tan extraño que te caracteriza. Las voces que te acompañan ensamblan un coro tan trágico como infausto. Lloras en pleno encore. El público te pide una pieza más mientras huyo del lugar, espero que te des cuenta del bochorno y la vergüenza. Necesito viento, espacio, tranquilidad. Tu tienes una voz.